lunes, 3 de octubre de 2011

Redes sociales y Agencias de Calificación de Rating

El sociólogo francés Émile Durkheim afirmó que "una investigación seria une lo que vulgarmente está separado y segrega lo que vulgarmente está unido." Con el ánimo de reflexionar acerca de los tópicos que dan título a esta entrada vamos a tratar de relacionar dos conceptos aparentemente tan ajenos entre sí.

Las redes sociales son una realidad tan tangible como el propio blog en el que me encuentro anotando y compartiendo mis reflexiones. Se trata de un fenómeno muy reciente, del siglo XXI, y son fruto del desarrollo tecnológico. Cumplen la función social de facilitar la comunicación y el intercambio de información entre los miembros que participan de ella. Existen una serie de empresas privadas con animo de lucro que ponen a disposición del usuario una tecnología que el usuario utiliza de manera libre.

Las Agencias de Calificación Crediticia son otra realidad de reciente aparición en nuestro mundo que tienen como objetivo "homogeneizar" la siempre subjetiva visión del riesgo crediticio. No es lo mismo prestador cinco pavos a un colega para que se compre un bocata, que prestarle mil para que se vaya de viaje al Caribe. Entran e juicio las expectativas de recuperar la pasta, si mi amigo es un "golferas" o si mañana me traerá el dinero sin que se lo tenga que pedir. Tal vez a un amigo esté más inclinado a prestarle que a otro. Se puede decir que todos y cada uno de nosotros llevamos una pequeña agencia de calificación crediticia dentro de nosotros que nos ayuda a decidir acerca de si es seguro prestarle el dinero a quien nos lo pide o no. En un paradigma de globalización, el mundo financiero ha prosperado, y con él las agencias que permiten a los inversores conocer de un rápido vistazo la conveniencia de prestarle a otro partícipe del mercado financiero dinero o no. No es el objeto de esta entrada profundizar en el tema de las agencias crediticias pero lo haré en futuras entradas. A efectos de este post basta con subrayar la función social que cumplen las agencias crediticias: suministran información al usuario sobre la probabilidad de que otro usuario le devuelva un crédito. También existe una reducida serie empresas que ofrecen este servicio: Standard and Poor's, Moody's y Fitch.

Se da la situación de monopolio en ambos mercados, puesto que tres compañías copan de la practica totalidad de la cuota de mercado: Google, Twitter y Facebook por un lado y Standard and Poor's, Moody's y Fitch por otro. Conviene tener en cuenta dos aspectos muy significativos que caracterizan a estas compañías.
Primero: la función lucrativa de cualquier empresa cotizada: asegurar el mayor beneficio a sus accionistas.
Segundo: la función social que consiste en ofrecer un bien o servicio que la sociedad demanda.

Tienen un tercer aspecto en común, y se trata de que son empresas que mediante la palanca de tecnología han cambiado violentamente sus respectivos ámbitos; la comunicación y las finanzas. La virulencia de los cambios que este tipo de compañías produce en nuestra sociedad solo se puede ver, medir y observar con rigor científico desde la distancia, distancia que nos llega en forma de crisis económica por un lado y crisis de identidad, capacidad lingüística/afectiva por otro(a quien no le ha caído la bronca por "aislarse" frente al ordenador¿?)

Por ello concluyo la reflexión preguntándome hasta qué punto es mala la crisis fruto del violento cambio que los tópicos analizados han producido en nuestras vidas, si esta crisis sirve para aprovechar mejor los recursos a nuestro alcance; en este caso cómo utilizamos la información de que disponemos tanto desde las redes sociales como desde las agencias crediticias...

1 comentario:

  1. Buena síntesis, interesante como reflexión. Bienvenido y un abrazo, Roberto Carballo

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